“Pensar la ciudad”, El Argentino (edición Rosario), 08-07-13.

Por Sebastián Artola (*)
La política cultural es uno de los debates pendientes en nuestra ciudad.
La cuestión no pasa por plantear si lo social va primero y lo cultural después. Ambas son dimensiones sustantivas y hacen a la posibilidad de construir una ciudadanía plena.
La resolución de las demandas de infraestructura básica o de servicios públicos dignos debe ir acompañada de espacios que promuevan la puesta de sentido y una conciencia colectiva que fortalezcan los vínculos de pertenencia y un horizonte de proyección común en la ciudad.
Planteado de este modo, dos son las discusiones: Por un lado, entender la política cultural como mero show, donde la ciudadanía es espectadora pasiva de producciones culturales que se presentan en determinados lugares de la ciudad. O la posibilidad de pensar la política cultural como el protagonismo activo de una comunidad en la creación de representaciones en tanto manifestación de lo que sienten o tienen para decir.
La segunda cuestión, es si las políticas públicas son para todos o sólo para unos pocos. La promoción y el acceso a la cultura es un derecho que hace a la condición ciudadana, como herramienta que permite responder a las necesidades. El elitismo presente en la idea de que no puede ser sujeto de cultura aquel que no tiene resueltas cuestiones sociales básicas debería, a esta altura, estar superado.
Una ciudad se construye con la palabra, las expresiones, las voces y cada una de las identidades de los barrios, si el desafío es avanzar hacia una Rosario inclusiva e integrada con el protagonismo de todos y todas.


(*) Foro Rosario para Todos.