Por Sebastián Artola (*)
Desde
la 2010 se viene acentuando el vaciamiento de las políticas sociales y
el corrimiento del Estado municipal de los barrios más postergados de la
ciudad.
Durante
ese año, la reconversión de los 33 ex Centros Crecer en Centros
Territoriales de Referencia (CTR) marca su desmantelamiento cuando no su
cierre, la pérdida de funcionalidad y la desarticulación de un abordaje
integral
entre políticas sociales y políticas sanitarias en el territorio.
Como
vienen denunciando los trabajadores de Promoción Social, la mayoría de
los equipos están incompletos y las condiciones edilicias prácticamente
no permiten llevar a cabo actividades.
Con la asunción de Mónica Fein esta política se profundiza mediante el traslado de personal de los CTR a otras áreas.
A
su vez, y al igual que en salud, en Promoción Social no existen los
reemplazos por licencia (sea por maternidad o por enfermedad de larga
duración), siendo de los salarios más precarios de toda la
Municipalidad.
A
tal punto esta realidad que a principios de año la propia directora de
Salud
Mental de la ciudad, Débora Daniele, tuvo que reconocer el “retroceso
del Estado” y la pérdida de “capacidad de intervención en los barrios”.
El
desamparo de los vecinos y los jóvenes en los barrios no deja de ser
parte del telón de fondo de la violencia que sacude a nuestra ciudad. Un
Estado con políticas públicas que promuevan la inclusión laboral, la permanencia en el sistema educativo, la capacitación en oficio, la recreación y la producción cultural, son
las cosas que habilitan a todo joven poder construir un proyecto de
vida como horizonte, reponiendo el sentido de pertenencia a su barrio y
la ciudad.
Esperemos
que los anuncios que viene realizando la intendenta del Plan Social
2013 se inscriban en una dirección contrario a lo hecho y vayan más allá
de nuevos nombres para programas e instituciones ya existentes,
permitiendo de este modo que el
Estado esté junto a los que más lo necesitan.
(*) Foro Rosario para Todos.