Por Sebastián Artola (*).
Se viene un nuevo aumento del
transporte urbano. Entre el 2011 y el 2013, la tarifa pasó de 1,90 a 3,60,
aumentando casi un 90%. Lo que hace de Rosario una de las ciudades con el boleto
urbano más caro del país.
No pasaron dos meses del último
aumento y el Ente de la Movilidad de Rosario (EMR)
hizo llegar al Concejo un estudio – por demás de cuestionable y donde urge
revisar la metodología usada para el cálculo - que pone en 5 pesos el costo del
boleto. El municipio parece querer un nuevo ajuste sobre la tarifa y, como
siempre, los que pagan el pato son los usuarios.
Hay que aclarar que el 50% del
financiamiento proviene de los subsidios nacionales, mientras que la provincia
no gira un solo peso para el transporte de nuestra ciudad y los aportes del
municipio a través del Fondo Compensador del Transporte pasaron de cubrir el 6%
en el año 2002 a sólo el 3% durante el pasado año.
Lo dijimos y volvemos a repetir:
hace veinte años que el municipio gestiona un servicio público como si
fuese una empresa privada, negando su carácter social y, en consecuencia, la
posibilidad de ser pensado como un bien público que debe ser costeado por el
conjunto de la sociedad y, en especial, por los sectores con mayor capacidad
contributiva de la ciudad.
Por
eso, la salida lejos está de ser volver a privatizar el servicio, como
escuchamos decir a concejales del PRO. Esto no haría más que profundizar el
deterioro del servicio, que de hecho (y pese a la existencia de una empresa
estatal y otra mixta) se administra bajo una lógica empresarial, donde todo lo
que pide la única empresa privada de la ciudad parece ser palabra santa.
Encima,
nos enteramos por estos días que tanto Rosario Bus como Semtur y la Mixta,
guardan los coches, reduciendo la frecuencia, aumentando las esperas de los
usuarios y bajando las horas de trabajo de los chóferes.
Frente
a esta especulación, al municipio no le debería temblar el pulso para defender el servicio, los puestos de trabajo y el
bolsillo de los ciudadanos. El gran desafío que tenemos es avanzar hacia un
nuevo sistema de transporte público y estatal, que reponga de manera plena su
condición de servicio público, garantizando el acceso y el derecho de todos a
la movilidad e integración en nuestra ciudad.
(*) Foro Rosario para Todos.