“Pensar la ciudad”, El Argentino (edición Rosario), 20-05-13.

Por Sebastián Artola (*).

El modelo de inversión privada que prioriza la actual gestión municipal promueve la especulación inmobiliaria en el uso de la tierra.
De este modo, la valorización financiera del suelo con su correspondiente negocio y la falta de regulación por parte del Estado municipal, terminan por negar a una buena parte de nuestros vecinos el derecho a vivir dignamente en la ciudad.
La imposibilidad del acceso a un terreno, al dominio sobre el suelo que habitan o la ausencia de espacios públicos e infraestructura de servicios en los barrios de Rosario son realidades cotidianas que resultan de esta ecuación.
Un ejemplo más que concreto y visible es la inexistencia de plazas y lugares de encuentro en los barrios más postergados de la ciudad.
Esto que a simple vista puede parecer menor, forma parte del derecho a la recreación y al juego que tienen todos los vecinos y, en especial, nuestros niños, niñas y adolescentes.
La experiencia de militancia en el territorio demuestra que su falta expone a riesgos y vulnera de otra manera a los más chicos, muchas veces bajo situaciones límites, ante la imposibilidad de un lugar para el juego, la recreación y la práctica deportiva, potenciando la fragmentación de los lazos en la comunidad.
Por el contrario, la existencia de un espacio de encuentro, con las protecciones y el mantenimiento adecuado, promueve la integración y la pertenencia al barrio, recreando prácticas de sociabilidad solidarias e inclusivas.
Frente a este desafío, es imprescindible un Estado que deje de mirar al espacio público y al suelo como un posible negocio, para pensar el vínculo entre el territorio y los ciudadanos como una herramienta sustancial para el desarrollo integral de todos y todas.

(*) Foro Rosario para Todos.