El modelo de salud es
uno de los caballitos de batalla de la gestión “socialista”. La intendenta se
jacta de destinarle casi el 30% del presupuesto municipal y es presentado como
si fuese el mejor del país.
Lo cierto es que en
nuestra ciudad el derecho a la salud lejos está de ser universal.
Los 52 Centros de
Salud que conforman el dispositivo de Atención Primaria están cerrados los
fines de semana y con suerte tienen horarios de atención por la tarde; las
ambulancias no ingresan a los barrios, incluso cuando las llamadas son de los
propios centros de salud; no hay reemplazos por licencia para médicos y
pediatras, y menos para psicólogos o trabajadores sociales; los turnos con
especialistas demoran como mínimo tres meses (para el oftalmólogo el tiempo es
más largo); los insumos son cada vez más escasos y ni que hablar del
acompañamiento con medicamentos gratuitos.
En el nivel de alta
complejidad, la característica común es la falta de camas en relación a la
demanda existente y la negativa corriente para operaciones complejas por falta
de elementos de biotecnología.
A su vez, en Rosario
hay una desregulación total en las condiciones laborales de los profesionales
de la salud. A los médicos se los contrata bajo el régimen de locación de
servicios.
En el caso del SIES
(Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria), como denunciaron durante todo el
año pasado los trabajadores de AMRA (Asociación de Médicos de la República
Argentina), son contratados como becarios y por seis meses.
Tampoco existe un dispositivo en todo el sistema de salud
municipal o provincial de atención en adicciones, siendo Rosario una de las
ciudades que más alta tasa de padecimiento por consumo de drogas y alcohol
registra en todo el país.
Entonces preguntamos…
¿la de Rosario, es la mejor salud del país?
(*) Foro Rosario para
Todos.